sábado, octubre 15, 2011

Cuerpos perfectos.

Hola, bloggeros míos. [Yo, mi perro, y yo.] Quería hablaros de un tema bastante presente en la época en la que vivimos... La superficialidad e_e.

Fue en clase de lengua cuando leímos el texto “Cuerpos perfectos”, donde el objeto era la importancia de la imagen externa, lo que se puede ver en una persona en cuanto la miras. Sin saber cómo empezar, (pues de deberes nos habían mandado escribir una argumentación sobre el tema) cogí el diccionario que tenía en casa, y busqué la palabra “imagen”. Entre varios significados de dicha palabra, escogí la siguiente definición: “Apariencia o consideración ante los demás”.

Cuando lo leí, lo comprendí; comprendí porqué las cifras de operaciones estéticas eran tan altas; entendí porqué, miles de chicos de ambos sexos (porque los varones no se libran de lo superficiales que pueden llegar a ser las personas) caen en enfermedades como la anorexia nerviosa y la bulimia; porqué la gente se estresa y hasta se deprime cuando engorda un kilo, y porqué siguen estrictas dietas en las que prácticamente se ayuna.

Lo entendí. Imagen: Apariencia o consideración ante los demás.

Eso es. Tenemos miedo. Miedo a que no nos acepten como somos, imperfectos; porque la mayor parte de la sociedad se basa en lo que se ve, en la apariencia, y no en lo de dentro.

Somos humanos, tenemos debilidades. Y hay gente que se aprovecha ello. Decidme… ¿Qué clase de diseñador famoso muestra en sus escaparates maniquís con tripa redonda o anchas espaldas? ¡Ninguno! Porque, después de todo, ¿qué débil humano quiere ser objeto de burlas por su físico? No encontraréis a nadie que quiera ser humillado por su apariencia.

Estos “genios” de la moda saben que muchas personas sueñan con lo que ellos dicen que es un cuerpo perfecto, ya sea por burlas recibidas, o porque al probarse unos pantalones que ha llevado una reconocida y plana supermodelo no le han entrado. Y eso lo aprovechan, vendiendo una falsa imagen de perfección que dicen que hay que seguir.

Ojo; no con esto estoy diciendo que la imagen no importe nada. Es cierto que no hay que dejarse llevar por las apariencias, y menos basar la vida en ello; pero no hay que descuidarla, más que nada, por salud y educación.

En conclusión: no hay ni que obsesionarse por el físico, ni descuidarse. Después de todo, en el término medio está la virtud.


2 comentarios:

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